Como "la hoja roja" del librito de papel de fumar, que escribiera Delibes, o como la última hoja del árbol... ha caído la última hoja del calendario. El tiempo dicen que es circular, cíclico, como las estaciones... Yo no se si retorna eternamente o, más bien, se avalanza, lo cierto es que cada vez fabrican los años más cortos y se me pasan volando... Será la crisis.
Cuando vas perdiendo amigos de tu generación, aunque aún seas oficialmente joven maduro, el frío se te va metiendo en los huesos y los inviernos son cada vez más duros. Uno no puede saber cuánto va a caminar por este jardín, así que "carpe diem", amigos, a disfrutar de todos los rayos del sol.
El año que termina ha sido un libro completo, con páginas a menudo interesantes y alguna vez aburridas, con momentos de alegría y, a veces, de dolor, con raticos de gozo, de fiesta compartida, de esperanza, de creatividad... Alguna vez, incluso, hasta nos hemos perdido en la lectura y puede que hasta nos hayamos dormido con el libro abierto... Pero hemos llegado a la última hoja... y la saga continúa.
Aunque con esta vida de vértigo que vivimos nos sea difícil, hemos de echar una mirada al camino recorrido, aprender de los tropiezos, reponer fuerzas y seguir caminando... ya sabéis que tal vez no lleguemos a Ítaca, pero el viaje merece la pena, sobre todo en compañía.
Feliz año Nuevo. Os deseo mucha salud para seguir y que tengáis fuerzas y reservas de agua cuando lleguen los desiertos y de sonrisas cuando atraveséis los vergeles.
Cuando vas perdiendo amigos de tu generación, aunque aún seas oficialmente joven maduro, el frío se te va metiendo en los huesos y los inviernos son cada vez más duros. Uno no puede saber cuánto va a caminar por este jardín, así que "carpe diem", amigos, a disfrutar de todos los rayos del sol.
El año que termina ha sido un libro completo, con páginas a menudo interesantes y alguna vez aburridas, con momentos de alegría y, a veces, de dolor, con raticos de gozo, de fiesta compartida, de esperanza, de creatividad... Alguna vez, incluso, hasta nos hemos perdido en la lectura y puede que hasta nos hayamos dormido con el libro abierto... Pero hemos llegado a la última hoja... y la saga continúa.
Aunque con esta vida de vértigo que vivimos nos sea difícil, hemos de echar una mirada al camino recorrido, aprender de los tropiezos, reponer fuerzas y seguir caminando... ya sabéis que tal vez no lleguemos a Ítaca, pero el viaje merece la pena, sobre todo en compañía.
Feliz año Nuevo. Os deseo mucha salud para seguir y que tengáis fuerzas y reservas de agua cuando lleguen los desiertos y de sonrisas cuando atraveséis los vergeles.