Tal como he venido haciendo ultimamente en mis obras de "pintor de la legua", busqué una panorámica para pintar Guadix, esta vez desde la zona de los huertos cercanos a la ermita. El año pasado me situé en pleno centro y realicé una obra con el pálpito vital de la calle, muy urbana y llena de transeúntes y personajes. Esta vez ha sido más rural, igual de caluroso y, como siempre, una maravillosa y agridulce lucha contra mí mismo, las musas, el reloj y la increible belleza de está ciudad granadina. Por cierto, he podido ver que se estan realizando unas nuevas excavaciones arqueológicas y se ha encontrado todo un teatro romano. A partir de ahora, este cartagenero se va a sentir, si cabe, más unido todavía a Guadix.
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