lunes, 27 de septiembre de 2010

CASA MAESTRE DE VICTOR BELTRÍ



Las calles de Cartagena conservan un notable patrimonio arquitectónico de estilo modernista, con sus característicos edificios, cúpulas, ventanas, balcones, pórticos, escaleras, sus trabajos de forja... Es una gozada para los turistas que ven la semejanza con otras ciudades como Barcelona, un orgullo para los cartageneros y una oportunidad para los artistas visuales.
Estos meses en los que estoy dibujando y pintando Cartagena, me estoy enfrentando a varias obras de este estilo, en especial del magnífico arquitecto Víctor Beltrí, cuya mejor producción la hizo en esta ciudad y cuyo 150 aniversario se conmemora en 2012.
Aquí el dibujo de uno de los cuadros en que estoy trabajando y que representa un detalle de la Casa Maestre del gran Beltrí.


sábado, 25 de septiembre de 2010

LA JIRAFA SIN JINETE AZUL


Acabo de colgar en facebook una de mis MANCHAS que, en homenaje al “Der Blaue Reiter (el jinete azul) de Waswsily Kandinsky, he titulado "La jirafa sin jinete azul" y, en un ratito, la profesora y literata Ana Pujante me ha sorprendido con este estupendo regalo: un soneto escrito para la ocasión.

"La jirafa sin jinete azul bebió
Mediterráneas aguas que inundaron
Su natural composición y un pintor
Atento al prodigio, así la plasmó....

Mágica poción la hizo más alta.
Este color con sus típicas manchas
Le da elegancia frágil que las cebras
Soberbias, no copiarían en sus rayas.

Se muestra tan salada la criatura
Que un acuífero viaje probaría
De no temer cristalina caída.

Misterios naturales de este genio
Que descubre especies submarinas,
Nunca vistas en la barca de Noé!

lunes, 20 de septiembre de 2010

PANORÁMICAS DE CARTAGENA


La perspectiva, el encuandre, la lejanía o cercanía, el detalle... son tan importantes a la hora de abordar pictóricamente una ciudad como la luz, el color, el momento del día o la estación del año. Una de mis prácticas preferidas es buscar terrazas, miradores y montañas que contribuyan a mostrar la ciudad desde otro punto de vista menos gastado. Cartagena, con sus colinas y fortalezas es una ciudad privilegiada en este sentido, y en estos meses la estoy abordando a pie de calle pero también desde todas las alturas, como en estas imágenes, al pie del monte de la Atalaya, arriba del Barrio de la Concepción.

viernes, 17 de septiembre de 2010

PINTANDO EN EL PUERTO DE CARTAGENA


Sigo con mi particular acercamiento a la ciudad de Cartagena. Aquí el dibujo previo para otra obra que forma parte de esta serie. Cartagena tiene un puerto privilegiado, históricamente uno de los más importantes del Mediterráneo, a él me acerco muy a menudo, a pasear, a contemplar el horizonte, a ver los barcos venir, a tomarme algo en las terrazas o en La Patacha, un barco-restaurante anclado junto al Club de Regatas... y también a tomar fotos o, como ahora, tomar apuntes para pintar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

MEMORIAS DE LA CARRETERA


Parafraseando a mi admirado Miguel Ríos, tomo este titular para confesar que, de las cosas más interesantes de recorrerse los pueblos de España pintando, es la cantidad de albas, crepúsculos y horizontes que se te quedan grabados en la retina y, en mi caso, también en la Canon EOS 5D que llevo de copiloto. El viaje, parando para no desaprovechar una buena luz, se alarga, pero a mí se me hace más corto. Si me premian o vendo el cuadro, al menos me traigo alguna foto interesante, entre todas las que realizo en el camino.

lunes, 6 de septiembre de 2010

PINTANDO EN CAZORLA


Ayer me reencontré con los concursos de pintura rápida. No había pintado en ninguno desde el de Murcia, antes del verano. Así que hice un paréntesis en mi tarea de pintar la ciudad de Cartagena, me cogí los artes y puse rumbo a Cazorla. Por un error en el cruce, pasé por el impresionante puerto del Santuario de la Virgen de Tiscar. Aún no eran las siete de la mañana, no había amanecido y miles de personas subían aquellas curvas sin fin, andando, iluminadas con linternas. Era, precisamente, el día de la Romería. Aquello parecía la subida interminable del Señor de los Anillos. Tardé casi una hora en atravesar 30 kms.
Sellé con el número 103 una tabla de 120 x 100 cm y me bajé al río a pintar. Fue estupendo, porque por una vez estuve todo el rato a la sombra, fresquito y descansé de paisaje urbano, de azoteas y de perspectivas... y le eché mano a los verdes, los amarillos y los naranjas (luego me dijo José Manuel Peñalver que parecía Gaugin). A las cuatro de la tarde tenía que entregar en el pueblo de Quesada, a una media hora. Cuando planté mi obra en la plaza, junto a las de los compañeros, esto era un escándalo de color entre tantos cuadros grises. Me salí de tiesto, así que no me premiaron, pero disfruté del día y del reencuentro con los pintores de la legua.