Por más que uno pase frente a la majestuosa obra barroca de Jaime Bort, es imposible acostumbrarse a la belleza de la fachada de la catedral murciana y, como decía la canción "ahí está viendo pasar el tiempo...". Todo un regalo para los ojos que uno sueña con reinventar cada vez que la mira, descubriéndole siempre un ángulo nuevo, un encuadre diferente y siempre sugestivo.
2 comentarios:
todo vale!!! hasta unos ojos de espejo, no?
blnc
eih que guapo está el Sebas!!!
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