Estaba haciendo fotos en uno de los espectáculos de Títeremurcia... pero, a veces, la foto está al otro lado del escenario, en el público, en la gente... Nada mejor que la cara embobada de los niños, disfrutando mientras vuela su imaginación... nada mejor que un niño que deja de ser espectador y se reviste de su propia máscara, dispuesto a desfacer entuertos, salvar princesas, capturar dragones y correr mil aventuras...
1 comentario:
¡¡Qué foto más bonita!!
Y qué bien escribes.
La magia y el encanto de la infancia, sin tapujos ni vergüenzas, la expresión viva y locuaz.
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