lunes, 10 de noviembre de 2008

LAS MENINAS, EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO, O EL RETRATO DEL ARTISTA ADOLESCENTE

De vez en cuando uno se encuentra con obras suyas que ya no le pertenecen. De hecho, uno tiene la sensación de que una vez terminado un cuadro parece que cobra vida propia, como si hubiese existido siempre o lo hubiera pintado otra persona, tal vez un tal Swann o un tal Dédalo.
Hace ya 25 años pinté este lienzo para mi madre: su hijo pintor y mis tres hermanas... hasta el gato.
Es una especie de homenaje a Las Meninas de Velázquez, pero con una pincelada puntillista, en la línea de los experimentos que siempre me han gustado hacer. Nunca ha sido una de mis obras favoritas, pero ahora, con el paso de los años, me he reencontrado con ella como con ojos nuevos... tiene un algo, tal vez el tiempo detenido...

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