Este año no tuve "problemas de agenda". Por fín pude pintar en estas tierras de Ciudad Real. Si en el camino me tropecé con los molinos, al llegar a la impresionante plaza porticada de este hermoso lugar nos encontramos con el famoso caballero y su fiel escudero. Sendas esculturas en bronce, acompañadas del rucio y del leal Rocinante, nos acompañaron a las decenas de pintores que permanecimos pintando en ella, hasta la hora de la entrega. Fue una buena jornada en la que, como Don Quijote, tal vez no logré vencer a los gigantes pero, al menos, el amigo Sancho me cedió el asno.
1 comentario:
Chico, esque no se puede ser maestro de todo, y un tio que hace las fotos como tu no deberia meterse a pringar tablas ni lienzos.
Espero que te hayas repuesto del palo de Segovia, seguro que si.
Somos especialistas en ver gigantes donde molinos y cualquier cabalgadura es el mejor de los tronos. Pinta muchos amaneceres y que el ocaso nos pille pintando o conduciendo.
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